El Karma es una oportunidad

Escapar al karma nos aleja de la oportunidad de que el alma se expanda, nos limita para avanzar y nos condiciona para elegir

 

El alma contiene una luz que es el espiritu, es nuestra esencia mas pura. Esa luz crece a medida que nos volvemos mas concientes y a medida que aplicamos la verdadera sabiduría que es divina. El cuerpo es el vehículo físico para movernos es este Mundo Terrenal.

El karma es el aprendizaje pendiente, NO el castigo. Es una energía que contiene REGISTROS ESPIRITUALES DEL ALMA y de acuerdo a las lecciones pendientes, acciones pasadas y decisiones tomadas, esa energía ATRAE relaciones y lugares.

Superarlo es GANAR expansión, sabiduría, entendimiento. Para poder ELEGIR nuevas experiencias, las cuales NO podemos atraer si todavia no superamos determinadas lecciones. Esta energía hasta no ser transmutada por la sabiduría, nos condiciona y nos ata a determinados lugares y personas afines a lo que todavia no aprendimos o NO desarrollamos.

Cuando identifiquemos una experiencia karmática, no debemos lamentarnos sino que ir hacia DENTRO para ver que nos trae esa circunstancia y cual es la raíz.

Muchas veces nos preguntamos porque a las personas buenas nos pasan cosas malas y creemos que esa persona que nos dañó es un karma y mal interpretamos lo que realmente es esa experiencia.

Comparto una experiencia personal para dar un ejemplo: Crecí en una casa en donde viví rodeada de energias muy negativas, como convivir con la queja y el drama emocional de los adultos que me rodeaban, en un menor grado y en un mayor grado, ser maltratada verbalmente, psicológicamente y fisicamente desde la niñez hasta tomar la decisión a los 25 años de irme y poder salir de ese laberinto que me tenía atrapada. Día a día me acercaba mas y mas a Dios buscando su amor, su abrazo, su contención, preguntandole porque pasaba por eso y cuando se iba a terminar.

Vivía una vida gris, porque estaba triste.

Se terminó cuando YO decidí que se termine, cuando puse un limite, cuando tomé distancia, cuando me fuí para empezar una vida nueva.

De lo único que estaba segura era de que no lo merecía y que era injusto. Pero no tenía todavía las respuestas que buscaba.

Una vez alguién me dijo: «Es karma», quizás en otra vida fue al revés. Pero intuitivamente no me resonaba, aunque podía ser posible no me resonaba.

Llevé la carga de esas heridas por muchos años, pues ellas se convirtieron en acciones: Esa herida me llevaba a atraer a personas de energia similar. Y mientras me creía libre por haber dejado atrás esa casa, ese mismo fantasma me seguía en otros escenarios, donde estaba rodeada de personas que me subestimaban, que me contestaban mal o que me manipulaban. Volvía a estar atada a las mismas injusticias. Porque creía que alejandome del problema se resolvería, cuando debía afrontarlo y dejar de ser sumisa. Las mismas batallas una y otra vez, consumiendo mi energía y yo poniendo en los otros la responsabilidad o creyendo que ese era mi karma.

Fue Dios quién a su tiempo, me lo mostró todo y allí entendí. El me reveló que muchas veces nuestros karmas son fruto del limitar nuestras capacidades. Yo estaba limitando mi capacidad de poner límites, mi karma era ser SUMISA. Mi karma era escapar. Mi karma era tapar, subestimando la gravedad de ese maltrato dando oportunidades una y otra vez. Mi karma era no querer ver. Mi karma era no madurar, poniendo cada cosa en su lugar y a cada quien en su sitio. Mi karma era no ubicar, a l@s desibicad@s, por no hacerlos sentir mal. Mi GRAN KARMA, era mi resistencia al aprendizaje de MOVERME de los lugares negativos, mi apego a la incomodidad. Mi karma era YO MISMA.

Lo que debemos HACER y no hacemos también es KARMA. Por ello cuando te cueste tomar decisiones piensalo muchas veces, hasta convencerte de que es lo correcto.

Cuando tomé distancia de todo y Dios se hizo presente en el silencio de mi mente, escuché su voz en mi corazón, senti las respuestas y comprendí. Cuando comprendí sané y cuando sané agradecí al karma que me ayudó a cambiar tantas cosas…..

Las batallas no terminan con los demás, terminan por dentro, cuando decidimos cambiar. Somos LIBRES de quienes fuimos, cuando nos convertimos en un nuevo ser, fruto del crecimiento interior, gracias a cada experiencia que nos daña y luego nos fortalece.

KARMA es un conjunto de registros, entre ellos, las acciones de otros tiempos, LAS NO ACCIONES, lo que NO desarrollamos, lo que no superamos.

Levanta tu propia cruz, cargala, responsabizate por ella y ÚSALA como una llave de empoderamiento.

Por Vanina Sousa Gramuglia

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