Ante experiencias injustas elije la paz

Porque la lucha no es el camino, cuando esta en juego tu paz interior, un poderoso tesoro que debemos proteger para una vida saludable

 

En medio de la injusticia pueden suceder dos cosas:

Si crees que peleando, demandando, reclamando o luchando mediante actos humanos ganaras algo, aprenderás en medio del sufrimiento, que ello solo a drenado tu energía. Tu corazón se llenara de rencor y el dolor te habrá robado la posibilidad de tener ser feliz.

Pero hay otro camino, el de la sabiduría. Donde reconocemos las injusticias, pero nos aliamos a Dios para invocar su justicia divina.

Dejamos nuestra vida en sus manos y dia a dia nuestra energía esta enfocada en crear, atraer, generar prosperidad. No perdemos tiempo conociendo las malas noticias, no nos importan, no alimentamos ello. Nuestro dia a dia esta destinado a disfrutar la vida.

Sabemos que la injusticia no es eterna y que a las leyes naturales nadie escapa.

Los seres humanos pueden disfrazar sus intenciones, convencer a otros de tal o cual cosa y actuar injustamente. Pero no pueden engañar a Dios quien todo lo ve.

No pueden escapar al equilibrio energético.

Todo aquel que siembra mal, cosecha mal.

El que roba algo no esta ganando, esta generando en su destino una oportunidad para vivir una experiencia negativa en donde gastara obligadamente ese dinero contaminado en algo contaminado. El que miente será engañado. El que especula será manipulado. El que engaña será traicionado. El que maltrata será maltratado. El que compra un auto con un dinero sucio, posiblemente tenga un accidente en el y el que estafa posiblemente gaste ese dinero en remedios. Así es como funciona la justicia de Dios. No es castigo. Es la ley de atracción, la ley del amor, la ley de equilibrio, la ley de justicia, la ley del orden en acción.

Haz el bien y cosecharás felicidad. Cuida la paz interior. No entres en conflicto. Que la guerra no es parte de la luz. Solo la paz es el camino.

Vive y disfruta de la vida y deja que la justicia divina se encargue del resto.

Amen!

Vanina Sousa Gramuglia

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo