Las relaciones sanas, son posibles cuando nos amamos a nosotros mismos

Seremos amados a imagen y semejanza de como nos amamos.

Nos identificaremos con relaciones insanas, si no hemos curado a nuestro niño interior.

Nos amarán incondicionales, quienes aman a Dios, ya que aquel que no ama a Dios, no conoce las leyes del amor.

Humanamente estamos tan alejados del amor sagrado, que muchas personas se aferran a relaciones que no son para su bien, aún cuando son lastimadas una y otra vez.
Fruto de la carencia del amor divino, fruto del dolor no sanado, fruto del lazo negativo que tienen con la soledad, entonces sienten miedo….y prefieren elegir esa realidad que duele, antes que tener que aprender de la soledad.
Aprender a escucharse, a sentir que necesita el alma, aprender a elegir, aprender a sentirse plenos estando con ellos mismos para luego disfrutar de las relaciones para compartir la felicidad y no para llenar un vacio.
Un vacio del alma, vinculado, a la desconexión con nuestra alma, con Dios, con nuestro destino como prioridad.
Pero resignan….esas oportunidades, porque no se tienen fe.
Porque no confian en la recompensa que llega cuando tomamos el camino correcto.
El camino correcto, siempre es aquel, en donde hay evolución, en donde hay un sano crecimiento, en donde uno puede expresarse, ser, brindarse, proyectar.
El amor sagrado es fruto, de la honestidad con uno mismo, de la paz interior, del sentirnos útiles haciendo cosas buenas por los demás.
El amor sagrado es posible cuando dejamos de ser egoistas, cuando dejamos de encapricharnos con caminos malsanos, cuando soltamos, cuando sanamos, cuando perdonamos, cuando nos valoramos, cuando nos respetamos.
Del amor sagrado, nace una sagrada familia.
A aquellos que se encuentran sufriendo por relaciones que los dañan…solo decirles….que tiene sentido, dar el salto….y renacer, crecer, cambiar y aunque duela…..dejar ir a quienes no estan dispuestos a cambiar por amor al amor.

Por Vanina Sousa Gramuglia

Amor sagrado